
Mi vecina atraviesa las paredes.
Me di cuenta el primer día que me la vi agazapada tras la jaula del pájaro, en el patinillo que separa mi ventana de la suya.
Hay veces que entro deprisa en el salón y casi logro ver su nariz medio atravesada en la puerta de entrada de mi casa.
Mi vecina además es zoofílica.
Tiene un perro que le hace las veces de Riki Martin, pero en este caso se llama Bertín.
Observé este comportamiento un día que me crucé con ella en la escalera (por poco me traspasa) y el perro me lanzó una mirada suplicante perruna, de esas que lanzan los perros sometidos a abusos.
Aunque yo sé que mi vecina quiere a su perro con todo su... ejem, quiere a su Bertín, y Bertín grita con ladridos sofocados cada vez que su ama vuelve de la calle.
No hay comentarios:
Publicar un comentario